El modelo cooperativo es una herramienta versátil que permite atender y satisfacer las expectativas de los actores que contribuyen a su desarrollo, así es como un grupo de cooperativas comprendidas en la estructura política de FACE Córdoba, localizadas en una región, avizoraron ir más allá, avanzando y emprendiendo, dando respuestas concretas a sus necesidades, origen y fundamento análogo en el vasto horizonte de las organizaciones sociales.
De esta manera, veintitrés cooperativas de servicios públicos pertenecientes al Consejo Regional Centro Sur, en su mayoría emplazadas en los Departamentos provinciales de General San Martín, Unión y Juárez Celman, constituyeron ARCOOP, -Asociación Regional de Cooperativas de Servicios Públicos- entidad de segundo grado erigida en 1996 con un primer objetivo, fabricar y abastecer a las entidades asociadas de columnas de hormigón a precios accesibles y de calidad garantizada.
Por aquél entonces, resultaba difícil encontrar en el mercado un proveedor de postes que satisficiera estos requisitos, sumado a otro inconveniente, el transporte, que en muchos casos para adquisiciones en poca cantidad generaba precios altos y demoras en la entrega. A esto se le agregó la importante demanda de columnas de hormigón requeridas por cooperativas de la zona, para ir reemplazando los postes de madera que iban cumpliendo con su vida útil, especialmente en el ámbito rural.
Esto dispuso a futuro gestar otros emprendimientos para saciar menesteres comunes y concretar una integración efectiva entre las cooperativas miembros, por ello se consideró fundamental interconectar la región mediante una red de fibra óptica, que posibilitó compartir recursos del área de telecomunicaciones y unificar compras, logrando de esta forma la provisión de contenidos de televisión, ancho de banda para internet y tráfico telefónico a menores costos.
Anteriormente las cooperativas por separado comercializaban la compra de insumos para brindar estos servicios, además en cada localidad existía una cabecera o nodo, generando mayores esfuerzos operativos, por otra parte, la continua evolución tecnológica obligaba a permanentes inversiones que estaban atomizadas y aisladas en cada cooperativa.
El hecho de confluir todas las instituciones a través de una entidad de grado superior fue lo que propició concretar el proyecto, porque aseguró que la red pueda ser utilizada de forma equitativa por todas las cooperativas asociadas, siendo ARCOOP propietaria de la red y del equipamiento. Luego, cada cooperativa beneficiada realizó un aporte de capital, equivalente al costo de un tramo de fibra entre dos localidades vecinas. De esta forma se fue construyendo tramo por tramo, mediante la suma de esfuerzos.
Sin menoscabo de todo lo escrito en tratados acerca de los valores que dan vida al movimiento cooperativo, que en esencia son principios prácticos, es preciso destacar aquí que, quienes forjaron y nutren diariamente a ARCOOP, son un claro ejemplo de aquellas personas que conocen bien una diferencia que no es sutil, pese a que no desestiman el sentido contenido en los propósitos que orientan la gestión, se empeñan en dar un paso más, sobrepasando la escarpada frontera entre el decir y el hacer.